Parece que fue ayer cuando celebrabas que el curso había terminado, no más exámenes, no más tareas, no más estrés y no más madrugones.
Y de repente, después de unos meses de merecido descanso, de amigos y experiencias es hora de volver a la carga con la mochila llena de todos los aprendizajes que has recolectado durante estos meses.
Se que si pudieras elegir también tú seguirías viviendo el sueño de verano durante todo el año, y es posible que al ver que la cuenta atrás había empezado hayas sentido nauseas o dolor de cabeza solo de pensar que tienes que volver a clase de nuevo cada día.
Quizás acabas de volver a tu piso de estudiante en la ciudad o a la residencia, acomodándote de nuevo para comenzar esta nueva etapa. ¿Has pensado en cómo será este nuevo año?
Seguro que ya te has creado una idea de cómo irá: de nuevo los libros, escuchar al profesor mientras vas escribiendo tan rápido como puedes para coger toda la información que va diciendo mientras habla, horas de estudio…
Cada año es lo mismo, es normal, es lo que siempre has vivido y lo que vive la mayoría de estudiantes. Si, te gustaría que este año fuera diferente, mejorar tu concentración, no olvidarte de las cosas, llevar el estudio al día… aunque parece casi un sueño.
Si tuvieras que crear una lista de “nuevos propósitos” de año nuevo para este curso, ¿qué objetivos te pondrías?
Piénsalo por un momento, como si cualquier cosa que deseas pudiera hacerse realidad.
¿Qué le pedirías a este nuevo curso?
¿Cuáles son los resultados que te gustaría conseguir?
Piensa por un momento cómo te gustaría sentirte este año en la universidad, si te gustaría compaginarlo con un trabajo para ser más independiente, qué profes y compañeros te gustaría tener, qué notas te gustaría sacar..
Te hago estas preguntas porque los objetivos son las baldosas de tu camino, son los que te guían hacia la meta, por eso cuando te pones objetivos estás decidiendo por adelantado cómo será tu año, tu curso y tus resultados.
Imagínate si este año por fin cumples eso que siempre se dice de «este año estudiaré un poco cada día para que no me pille el toro en los finales», si pudieras estudiar sin agobiarte, más rápido, sin desconcentrarte, siendo más productivo y entendiéndolo todo a la primera sin importar de qué asignatura se trate.
¿Te imaginas cómo sería disfrutar estudiando lo que te gusta este año?
O formarte haciendo cursos, conociendo nuevas personas, haciendo prácticas, aprendiendo idiomas…
Vivir un año así significaría vivir un año increíble.
En este momento estás frente a una encrucijada, porque por un lado te encantaría vivir un año así pero a la vez es posible que te parezca inalcanzable, de ser posible ya lo hubieras hecho antes de haber leído este post.
Walt Disney decía que “si puedes soñarlo, puedes crearlo”, y él era un enorme soñador que nos ha contagiado sus sueños a todos cuando éramos niños.
Parece una utopía, pero lo cierto es que “los imposibles” son solo para aquellos que no tienen el coraje de atreverse, de ir más allá de lo establecido, porque ya sea para conseguir un sueño como para transformar tu año se necesita sobretodo una buena dosis de coraje.
Puede que te suene extraño, pero el coraje y las ganas cuentan y mucho para que realices las respuestas que te has dado a las preguntas anteriores.
Si hasta este momento cada año te ha parecido igual al anterior, si sientes que septiembre se te hace cuesta arriba, si cuando piensas en volver a estudiar se mezclan emociones contrastantes entre la profesión que te gusta con el mal trago del estudio… es porque todavía te falta una cosa.
Sí, tan solo a una.
Hasta ahora has estudiado utilizando siempre las mismas e idénticas estrategias, las que te habían enseñado cuando eras pequeño. Te cuesta concentrarte porque estudiar es aburrido y pesado, porque al cabo de poco tiempo se te olvida lo que has memorizado y porque sabes que las notas no reflejarán el enorme esfuerzo que has hecho. No hay razones para pensar que este año será diferente.
O quizás si…
Puede ser diferente, si dejas de estudiar como lo has hecho hasta ahora.
Olvídate de pasar horas con los libros, la cantidad no es sinónimo de calidad.
Olvídate de pasar a limpio apuntes, de copiar lo que dice el profesor en clase.
Olvídate de las horas en la biblioteca.
Olvídate de repetir, releer y de hacer esquemas.
Olvídate de los nervios.
Este año olvídate de todo lo que has hecho hasta ahora porque esa es la única razón que no te ha permitido vivir un gran año.
Si tan solo cambiaras la manera en la que estudias todo lo demás sería muchísimo más fácil, más rápido y más eficaz y si no sabes cómo hacerlo, infórmate. Tienes que encontrar un método de estudio que sea personalizado y te permita:
- Aumentar tu concentración
- Aumentar tu velocidad de lectura y mejorar la comprensión.
- Potenciar tu eficiencia mental, teniendo la habilidad de memorizar y aprenderlo todo mucho más rápido.
- Memorizar cualquier información en cualquier momento: palabras técnicas, leyes, fórmulas, nombres, fechas, tablas, gráficas, resúmenes, esquemas, vocabulario de un idioma extranjero, etc.
- Recordarlo todo a largo plazo: si, todo, y sin tener que repetir ni releer.
- Ahorrar más del 50% del tiempo de estudio, imagina si en una hora pudieras estudiar lo mismo para lo que ahora necesitas 6 horas.
- Aprender sin agobios ni estrés, sin darte cuenta del esfuerzo.
Entre la imaginación y la realidad solo hay un paso, ponte en marcha y descubre cómo se hace para disfrutar al máximo de este nuevo año!
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¡Que tengas un gran año!