¿Cómo aprobar un exámen sin abrir un libro? Parece imposible.
De pequeños siempre pensábamos en qué super poder nos hubiera gustado tener. Las respuestas iban desde poder volar como Superman, tener la visión láser o ser invisible. En algún momento todos nos hemos imaginado alguna vez teniendo superpoderes, soñando ser invencibles y derrotar a los malos.
El súper poder con el que yo soñaba era el del profesor Xavier, de X-Men: poder leer la mente de las personas. La razón era muy sencilla: cuando tenía un examen para el cual no había estudiado demasiado hubiera podido averiguar las respuestas correctas en la cabeza de mis compañeros.
No hubiera tenido que tocar un libro en todo el año y aún así hubiera sacado la mejor nota de la clase, me imaginaba cómo los dieces empezaban a brotar en mis exámenes, como hacen los champiñones después de un temporal.
Después de intentar, sin éxito, desarrollar una capacidad como esa tuve que aceptar que aunque soñar es gratis, ese sueño no iba a realizarse, y que tenía que buscar otras vías para no seguir siendo un estudiante normal.
¿Es posible aprobar sin estudiar?
Bueno, bueno… la pregunta del millón: ¿es posible aprobar sin estudiar?
La respuesta, por desgracia (y aunque creo que ya lo imaginabas), es no.
A no ser que tengas una memoria eidética ultra potente y en este caso tampoco sería totalmente así porque tendrías que ver al menos una vez todo el temario.
Es verdad que a veces puedes aprobar un examen tipo test habiendo leído solo una vez el tema o que alguna vez te haya pasado que le has echado imaginación a un examen de desarrollo y lo has aprobado como un milagro divino sin haber estudiado. Pero como bien he dicho, esas cosas pasan como milagros.
No existen milagros ni varitas mágicas para aprobar sin estudiar. Si no has tocado ni un libro antes del examen y no atiendes en clase como si te fuese la vida en ello, tus posibilidades de aprobar se reducen de forma considerable.
Sin embargo, sí que podemos ofrecerte una serie de trucos y técnicas para que tus tardes de estudio sean más efectivas y lo menos pesadas posibles.
Olvídate de la causa perdida que es esto de aprobar sin estudiar y céntrate en sacar realmente la nota que quieres sin pasarte mil horas estudiando y de una forma mucho más llevadera.
Cómo aprobar un exámen estudiando muy poco
¿Por qué quería recurrir a una fuerza sobrenatural para resolver mis problemas de estudio?
Precisamente es cuando encontramos un problema para el cual no tenemos respuesta ni sabemos cómo solucionarlo que empezamos a fantasear con tener una varita mágica que nos conceda todos nuestros deseos. De hecho a mi me sucedía cada vez que no había estudiado lo suficiente, cuando había perdido demasiado tiempo y me encontraba al último minuto con un libro entero delante.
Si también tú has perdido la cuenta de las veces en las cuales no has estudiado lo suficiente para un examen, estoy seguro de que también has vivido los nervios atacando a tu estómago y te has acordado de todos los momentos en los que perdiste tiempo inútilmente cuando hubieras podido estar estudiando. En ese momento te juras a ti mismo que nunca más te hubieras vuelto a encontrar en una situación como esa, que estudiarías y estarías preparado.
- Entonces llega el cumpleaños de tu mejor amigo… “No puedo perdérmelo”
- Sale la nueva temporada de tu serie favorita… “Miro solo un capítulo, solo para enterarme de qué va”
- Hace un día demasiado bueno para quedarse en casa… “Puedo salir, todavía falta mucho para los exámenes”
Seamos honestos: Estudiar es una tortura.
Siempre habrá un buen motivo por el cual no ponerse a estudiar por la tarde. Siempre habrá algo mejor y más interesante para hacer que abrir un libro, tomar apuntes y repetir, repetir y repetir…
A pesar de esto una cosa es segura: tienes que aprobar los exámenes y tienes que sacarte el título, de una forma o de otra.
Pero si estás leyendo esto es porque quieres encontrar una forma para poder aprobar los exámenes sin tener que estudiar, y estás a punto de descubrir cómo se hace.
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Regla N°1 para aprobar un exámen estudiando poco y sin agobiarte
Para aprobar un examen lo primero que tienes que hacer antes de empezar a estudiar es entender qué es lo que tienes que saber, y la verdad es que ésta es una de las razones por las cuales vale la pena ir a clase: porque te lo explican los profesores.
Ir a clase y escuchar lo que los profesores te cuentan sobre las asignaturas no tiene que ser un trabajo de mecanografía donde escribes palabra por palabra todo lo que escuchas sin siquiera prestar atención y sin entender nada, porque después te costará horas de tu tiempo volver a leerlo e intentar conectar el hilo del discurso.
Por no decir que si no te interesaba antes cuando estabas en clase, imagínate después cuando estás en casa y tienes miles de cosas mejores en las que pensar.
La manera para que empieces a sacarle partido al tiempo que pasas en clase es usando los mapas mentales. Este instrumento es indispensable para quien quiere dejar de perder horas y horas en escribir resúmenes que son imposibles de recordar.
Los mapas mentales son el único instrumento que permite resumir ideas y conceptos, para estructurar ideas y poder conectarlos de modo que sea más fácil recordarlos.
Si eres un estudiante normal, habrás probado miles de formas de tomar apuntes, desde los cuadernos A4 a los pequeños bloc de notas llenos de postits para recordar dónde está escrito qué. Esta manera de tomar apuntes no permite crear asociaciones entre las informaciones ni tampoco añadir nuevos datos entre lo que ya habías apuntado, de ahí que hayamos inventado los famosos asteriscos.
Los mapas mentales permiten tomar apuntes mientras sintetizas aquello que escuchas durante la clase sacándole el jugo a los conceptos, en lugar de intentar captar cada palabra de lo que se dice.
Esto te permite mejorar la capacidad del análisis crítico porque te mantiene en todo momento activo y razonando sobre la importancia de lo que escuchas mientras creas asociaciones en tu mente con aquella información que ya conoces.
Es un proceso en el que pasas de ser un oyente pasivo a uno activo e interesado, porque el hecho de buscar palabras claves y de entender la información se convierte en un reto.
Solo haciendo esto la partida está ganada: prestando atención en clase y usando los mapas mentales estarás preparado para el examen sin tener que sacrificar el tiempo que tienes por las tardes, independientemente de la dificultad de la asignatura.
Y si las notas son lo que te preocupan te diré que nunca habrás sacado un 10 con menos estrés.
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Para que te quedes tranquilo este método lo ha aprobado uno de los hombres más inteligentes de la historia, un verdadero genio: Albert Einstein.
Se dice que ha sido uno de los pocos que ha conseguido aprovechar el potencial del cerebro humano al completo.
Te alegrará saber que cuando le hicieron la autopsia descubrieron que su cerebro, a nivel fisiológico, no era diferente del de ninguno del resto de mortales, la única diferencia que había respecto a los demás es que Einstein tenía una cantidad de conexiones neuronales superiores a la media.
Esto significa que la red de conexiones entre sus neuronas estaba muy desarrollada.
Diversos estudios han especulado que el mérito de esta red de conexiones puede deberse a su forma de tomar apuntes.
En práctica, no se limitaba a escribir líneas y líneas de apuntes, sino que representaba con diseños y algunas pocas y precisas anotaciones la información que quería recordar: sus cuadernos estaban llenos de dibujos, imágenes, diseños, palabras e ideas.
A nivel neurológico esto cobra un total sentido, porque el uso de dibujos y de conceptos clave permite activar los dos hemisferios cerebrales y estimularlos para que integren conjuntamente la información.
El uso de esta técnica, que también es una de las bases de los mapas mentales, es extremadamente útil para desarrollar el espíritu crítico.
El pensamiento crítico es aquello que nos sirve para encontrar las respuestas a las preguntas del examen, incluso cuando no conoces la respuesta con certeza, porque se activa nuestra red de conexiones neuronales entre la información que ya conocíamos y aquella que habíamos estudiado, de modo que dicha asociación permite crear una respuesta.
Aprender a hacer un mapa mental no es difícil, hay muchos libros que te enseñan a hacerlo de forma detallada.
Pero al igual que cuando quiere aprender a conducir, no puedes pretender saber hacerlo estudiando solo con los libros, tienes que aplicar lo que lees, o sea, practicarlo, y esa fase es mucho más efectiva cuando cuentas con alguien a tu lado que evita que te estrelles contra el primer muro que encuentras. Mi consejo: busca un profesional que no solo los use sino que también conozca todos los secretos para una aplicación impecable.
Eso sí, solo si quieres tener más tiempo libre y dejar de estudiar por las tardes en casa.