Estudiar por la noche… ¿Es productivo? Casi todos los estudiantes, en algún momento de su vida universitaria, se enfrentan a una pila de trabajos y estudio. Y entonces la pregunta aparece: ¿es bueno estudiar también por la noche?
En el estudio, no solo es importante tener un entorno adecuado para concentrarte, además es necesario hacerlo en unos determinados horarios ¿Alguna vez has reflexionado acerca del momento del día en el que te concentras y rindes mejor estudiando?
Tener una noción de cuáles son las horas en las que eres más productivo puede ayudarte a organizar tu tiempo y programar tus ciclos de estudio en función de tus características.
¿Es mejor estudiar por la noche o por la mañana?
El cerebro es un órgano sensible al estado de ánimo, al tiempo, al ambiente y a la ubicación. Además, registra continuamente cientos de datos provenientes de nuestros órganos sensoriales aunque muchos de ellos no lleguen al umbral de la consciencia. Por este motivo, poner a tu cerebro en las mejores condiciones para un mejor rendimiento es una parte fundamental de la obtención de resultados.
Entonces, ¿cuáles son las mejores horas para estudiar? La respuesta varía en función de cada persona y de su estilo de aprendizaje.
Cuando es mejor estudiar por la mañana o por la noche
Existen dos grandes categorías de estudiantes: los búhos y las alondras.
Que formes parte de un grupo o del otro no tiene ninguna connotación positiva o negativa, son simplemente diferentes modalidades de asimilar la información.
Veamos algunas de sus características:
Los que viven de noche (y estudian mejor por la noche)
Si eres un búho seguro prefieres estudiar por la noche. Es el momento en el que alcanzas un mejor nivel de concentración, no tienes distracciones ni ruidos y estás más relajado.
La desventaja de esta práctica es que el mundo es madrugador y todas las actividades comienzan temprano por la mañana, de modo que aunque estudies toda la noche sabes que antes o después sonará el despertador.
Privarse de un descanso de calidad produce un descenso en el nivel de productividad al día siguiente, pero lo más significativo del descanso es que es una de las fases del proceso de consolidación del aprendizaje.
Cuidado, no lo mal interpretes. Dormir 12 horas ni ayuda al aprendizaje ni tampoco a construir tu vida. Siguiendo los ciclos del sueño puedes programar tu sueño para que sea reparador y efectivo. La media de horas que un adulto tiene que dedicar a su descanso es de seis a siete horas y media, esta cantidad es más que suficiente, incluso para las personas que hacen deporte o tienen muchas actividades durante el día.
Durante la noche es cuando el cerebro puede asimilar y procesar todas las informaciones que ha almacenado durante el día y consolidar el aprendizaje, es por esto que normalmente se recomienda un estudio diurno más que nocturno.
Por no decir que si eres un búho que estudia de noche es posible que muchas veces te hayas encontrado recurriendo a la cafeína, taurina u otras sustancias para conseguir mantenerte despierto y concentrado, elevando tus niveles de adrenalina.
El efecto que producen estas sustancias en el organismo es similar a lo que sentirías si tuvieras una pistola apuntándote a diez centímetros de las sienes: el cerebro comienza a segregar adrenalina porque percibe que se encuentra en una situación de peligro de la cual tiene que huir rápidamente, así que lo que tú percibes como concentración es en realidad una reacción de estrés producida por estas sustancias.
Antes de la salida del sol.
Los que estudian mejor por la mañana
Los que se levantan antes de que salga el sol son los denominados alondras. Van en mayor sintonía con los ritmos circadianos y son más productivos durante las primeras horas del día. Para estas personas empezar el día con algo de ejercicio es fundamental porque tienen un alto nivel de energía que potencian con el ejercicio. Son personas que prefieren dedicar las primeras horas del día a las tareas más complejas e intelectuales, como el estudio o la realización de trabajos y proyectos.
En ambos casos es importante saber reconocer si estamos siendo dominados por el tiempo o somos los encargados de gestionarlo. Pregúntate por qué estas dedicando unas horas y no otras a tus actividades de estudio y trabajo.
Tienes que saber reconocer si es una cuestión de falta de organización, y por eso pospones el estudio hasta la última noche previa a una entrega, o si se debe a que estás tan estresado por lo que tienes que estudiar que te levantas lo más temprano posible para así saborear una pequeña dosis de control sobre la situación.
Si eres un búho que se queda despierto hasta la madrugada, esto te interesará.
Si la razón por la cual te has convertido en un búho es porque, aún pudiendo hacer las tareas de día decides hacerlas de noche porque así lo disfrutas más, entonces puedes continuar haciéndolo así.
Si, en cambio, la verdadera razón por la que te pasas las noches en vela frente al ordenador y los libros es porque durante el día te has despistado y has perdido tiempo en actividades innecesarias, como mirar la tele, no te interesa lo que estudias y prefieres dejarlo todo para el último momento, entonces las soluciones son otras.
Las principales razones por las cuales te encuentras al último momento estudiando son:
- No sabes cómo organizar y gestionar tu tiempo. Dedicas demasiado tiempo a actividades de ocio y muy poco a lo que es realmente importante para construir algo en tu vida.
- Lo que tienes que aprender no te resulta motivante o interesante.
Imagina ahora si existiera un método que te permitiera aprender de forma divertida y dinámica, con el que pudieras aprender rápidamente sin dedicar horas y horas para estudiar un solo tema.
Si tuvieras estas condiciones, ¿seguirías posponiendo el estudio hasta las tantas de la madrugada?
Si la respuesta es NO, lo que necesitas es aprender un nuevo método de estudio que te permita aumentar tu eficacia y productividad.
Ahora estoy contigo, alondra.
Si el motivo por el cual, como buena alondra, te levantas antes de que cante el gallo, es porque estás constantemente agobiado por los plazos y el solo hecho de pensar en sacar una nota por debajo de tus expectativas te aterroriza, empieza por tomar un gran respiro y relajarte.
La falta de tiempo es una percepción que deriva de una mala organización del contenido que tenemos que preparar y de una pobre confianza en nuestras capacidades.
Es posible que las muchas horas que dedicas al estudio se deban a que temes olvidar lo que estudias o a que piensas que para sacar buenas notas tienes que dedicar demasiado tiempo al estudio.
Para cambiar estas sensaciones tienes que empezar por cambiar aquello que piensas sobre ti mismo y sobre tus capacidades y hacer esto es prácticamente imposible si sigues haciendo lo mismo.
¿Cómo puedes cambiar tus resultados y tus creencias?
Si llevas estudiando de la misma manera desde que ibas al colegio y has visto que este método no te ha llevado a obtener los resultados que quieres, entonces parece lógico deducir que si sigues utilizándolo tus resultados seguirán siendo siempre los mismos.
La única forma para cambiarlos es utilizar una nueva estrategia. Un nuevo método que te permita sacar el máximo partido a tus capacidades, de modo que puedas recordar todo aquello que necesites a largo plazo, sin temor a que desaparezca de tu memoria.
Conociendo cuáles son tus capacidades y con el método adecuado puedes olvidarte de levantarte a primera hora, o bien de quedarte despierto hasta las tantas para estudiar un examen, y empezar a relacionarte de forma diferente con el aprendizaje y con tu vida social.
Si quieres conocer más sobre el aprendizaje avanzado y cómo potenciar tus capacidades te aconsejo puedes mirar el siguiente enlace: www.cursogenius.es/curso