Por qué procrastinan los procrastinadores y cómo ser más eficiente.

La procrastinación nace y se desarrolla en el “mañana”, ese misterioso lugar donde vive el 99% de toda la productividad, motivación y éxito humanas.

La definición de procastinación es: la acción de delegar o posponer algo.

Funciona más o menos así: sabes que tienes algo importante que hacer, como estudiar para un examen, pero no lo haces en ese momento. Primero miras el Whatsapp, después los likes en Instagram de la última foto que habías subido y dos horas más tarde te encuentras mirando videos de gatitos en YouTube sin ni siquiera saber cómo has llegado hasta allí. Es lo que pasa a la mayoría de nosotros.

La procrastinación se basa en la recompensa inmediata, dejamos de lado las tareas más urgentes en favor de otras que no solo son menos urgentes, sino que también son más placenteras.

Procrastinar es vivir constantemente en tu zona de confort, es ignorar tu potencial creativo y es privarte de la satisfacción de tachar una de las lineas de tu lista de tareas pendientes. Si, ese momento en el que por fin has terminado una cosa que habías empezado.

Lo que tienes que hacer es muy sencillo, simplemente deja de procrastinar.

“Dejar de procrastinar” sería un buen consejo solo para los que son falsos procrastinadores, o sea, esos compañeros que te dicen “miro el móvil unas cuantas veces mientras estudio”, de hecho, este tipo de personas son las mismas que le dirán a un real procrastinador “simplemente deja de procrastinar y verás que irá todo bien”.

Lo que ningún diccionario dice y lo que ningún falso procrastinador entiende, es que para un procrastinador real (o en serie, como prefiero llamarlo), la procrastinación no es una opción, es algo que no saben cómo NO hacer.

Si eres un procrastinador en serie es posible que estés pensando “no es que procrastine, es que estudio bien bajo presión”. (Este es otro síntoma de lo que estamos hablando)

Es genial estudiar lejos de casa en una universidad donde no se cuentan las faltas porque de esta forma puedes sentirte libre de… no hacer nada! Luego llega la fecha de entrega de un trabajo o de un examen y te encuentras la noche antes esposado a una taza de café para poder acabarlo.

Es posible que justo antes de haber encontrado este artículo hayas estado haciendo scroll en Instagram, embobado mirando las fotos de extraños y conocidos, analizándolas hasta el último detalle, pensando en cuánto te gustaría estar en Maldivas o tener esos músculos y pensando que mañana empezarás el gimnasio o buscarás un trabajo para ahorrar un dinerillo para unas vacaciones, y te pones a mirar vuelos y destinos y hoteles…. El principio del fin.

Incluso es posible que estés procrastinando mientras mientras lees este post, pero sigue conmigo un poco más, porque te presentaré al culpable de que nunca llegues a tiempo a las entregas y exámenes.

Veamos qué diferencias hay entre la mente de una persona normal y la de un procrastinador, y para que sea más divertido te lo enseñaré con las caricaturas de Tim Urban:


El “mono de la gratificación instantánea” es el último que debería tomar el control de tus desiciones, solo piensa en el presente ignorando las lecciones del pasado y olvidándose de que existe el futuro, lo único que le interesa es maximizar el placer de este momento. El mono piensa que el “tomador racional de desiciones” está totalmente loco, sino “¿por qué debería estudiar cuando tengo el mundo en la pantalla del móvil?

En su mundo, el mono lo tiene todo planeado para triunfar: come cuando tiene hambre, duerme cuando está cansado y no hace nada que suponga un esfuerzo o una dificultad. Pero el mundo humano tiene diferentes parámetros para triunfar que solo el “tomador racional de desiciones” puede conseguir.

En cambio, cuando deja que sea el mono el que toma desiciones, el hombre se pasa el día en el patio del recreo. Este recreo es un lugar que todo procrastinador conoce muy bien, es donde tienen lugar actividades de ocio que no deberían estar ocurriendo en ese momento. La diversión que vives en ese recreo no es realmente diversión porque está teñida de culpa, ansiedad, odio hacia ti mismo y miedo.

Entonces la persona que quieres ser se pregunta cómo es posible que haya acabado así otra vez.

Solo hay una cosa que asusta al “mono de la gratificación instantánea” y que consigue que vuelvas a estar al mando del timón:

El Monstruo del Pánico se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo y solo se despierta cuando:

  • Hay una fecha de entrega o un examen demasiado cerca (el día antes)
  • Corre peligro de hacer el ridículo públicamente
  • Está a punto de suspender una asignatura

¿De qué otra forma se podría explicar que la misma persona que no podía escribir ni una línea de instroducción para el trabajo, de repente tenga la habilidad de permanecer despierto toda la noche, luchar contra la fatiga y el cansacio y escribir 8 páginas?

Estamos de acuerdo, esta no es la mejor manera de vivirte la universidad, incluso los estudiantes que aún siendo procrastinadores consiguen acabar las cosas a tiempo tienen razones para mejorar, sobretodo porque el pánico no es divertido para nadie.

¿Te gustaría saber cómo se lucha contra el mono? Te aviso, necesitarás un poco de dinamita.

Para conseguir cualquier objetivo necesitamos dos cosas: planear y hacer. Empecemos por la más fácil.

PLANEAR

  • Lista de tareas difíciles

Los procrastinadores adoran planear, simplemente porque planear no significa hacer. Para empezar a hacer planes coge un papel y un boli y crea una lista. Hasta aquí todo bien. El problema comienza cuando esa lista la llenas de tareas difíciles y desalentadoras, que no sabes si podrás realizar.

  • Lista de tareas con priodidades.

En cambio, una buena planificación consiste en crear una lista y seleccionar un ganador: esto significa que tienes que dar prioridad a una de las tareas, la que sea más importante para ti. Cuidado con las tareas urgentes, porque esas son las primeras que tienes que hacer, después podrás ocuparte de las más importantes.

  • Convertir las tareas difíciles en fáciles.

Cuando algo te cuesta lo más probable es que ni siquiera lo termines, cuando te encuentres frente a un objetivo o una tarea difícil divídela en pequeñas tareas o en pequeños pasos que te lleven a conseguirla. Es como ir poniendo pequeños ladrillos en la construcción de una casa.

HACER.

  • Lo primero es empezar.

Deja cualquier cosa que estés haciendo y enfócate en la tarea, como si hubiera sonado la alarma para entrar en clase. Aunque suene fácil ésta es la parte más difícil porque aquí es donde el “Mono de la Gratifiación Instantánea” empieza a gritar más fuerte porque no le gusta dejar de hacer algo que le gusta para hacer algo difícil. Cuidado, porque en esta fase es donde necesitarás de tu máxima concentración y fuerza, de lo contrario el mono volverá a ganarte y te pasarás otra tarde sin hacer nada.

  • Necesitas demostrarte a ti mismo que puedes conseguirlo.

Esto no se consigue con palabras, se consigue con acciones, demostrándote a ti mismo que eres capaz de conseguir lo que te propones. ¿Cómo puedes hacerlo? Empezando por tomar buenas desiciones. Ahora que le hemos puesto cara al mono y al humano puedes tener una idea más clara de cómo funciona tu mente, cuando llegue el momento de ponerte a estudiar recuérdalo y pregúntate a quién quieres dar el timón, la respuesta a esta decisión determinará tus resultados.

  • Declara tus objetivos y establece fechas de caducidad.

Nada como compartir un objetivo con otras personas para responsabilizarte de cumplirlos antes de una fecha determinada. No te olvides de que no puedes ir desde el punto A al Z sin antes haber pasado por el B, C, D, tranquilo, la recompensa llegará.

Planear y hacer es primordial para conseguir tus objetivos y ser un mejor estudiante, pero tienes que saber que “el mono de la gratificación instantánea” seguirá viviendo contigo y seguirá poniéndote a prueba cuando tengas que sentarte a estudiar porque este mono siempre tiene un objetivo: divertirse, y estamos de acuerdo en que tal y como está estructurada la carrera no es que abrir un libro de 300 páginas sea demasiado divertido, sobretodo cuando no sabes cómo vas a meter toda esa información en la cabeza. Esta es la verdadera razón por la cual el mono te lleva a distraerte, porque no se siente capaz de afrontar ese reto, es demasiado difícil.

Si estudiar fuera algo divertido, si no tuvieras que repetir hasta el aburrimiento las mismas fechas y los mismos nombres porque no conoces otra forma de aprendértelos, si no tuvieras que reescribir varias hojas de apuntes porque no tienen sentido de un día para el otro y si consiguieras recordar todo lo que has estudiado el cuatrimestre anterior, el mono que constantemente te empuja a dejar todo a medias desaparecería. Sí, desaparecería para siempre.

Si te estás preguntando si es posible estudiar de esa forma, la respuesta es SI, todo lo que tienes que aprender es un método de estudio personalizado, que se adapte a tus características (y a las de tu mono) y te permita sacarles partido.

Es posible que esta sea una de las pocas veces donde, si has encontrado este artículo procrastinando, la procrastinación te haya llevado a descubrir la manera de acabar con la procrastinación y empezar a obtener grandes resultados.

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