Estas en casa estudiando y sin saber muy bien cómo ni por qué te encuentras con el movil en la mano mirando Instagram. Lo más divertido es que ni siquiera estás prestando atención a los post que están pasando delante de tus ojos, simplemente los vas pasando con el pulgar.
Esto es, como explica el doctor Giorgio Perillo, uno de los síntomas de la “dependencia de las redes sociales”. En el caso de los estudiantes se trata más bien de “no dependencia del estudio”.
Fundamentalmente, cuando no tienes ganas de estudiar, y sin ni siquiera darte cuenta, te metes a mirar Instagram y Facebook. Este “déficit de atención” es muy similar al déficit de atención que seguramente experimentas durante la lectura.
Seguramente te ha pasado que después de haber leído el capítulo de un libro llegas a la última página y te das cuenta de que no te has enterado de absolutamente nada de lo que acabas de leer. Y es posible que esto no solo te ocurra con los libros de la universidad y te sorprendas cuando te das cuenta de que no recuerdas NADA de todo lo que acabas de leer.
Entonces vuelves a empezar. Esta vez consigues mantener la atención durante las primeras líneas pero después de un rato vuelves a encontrarte distraído pensando en otras cosas.
Si además el libro que estabas leyendo te servía para aprobar un examen, el diálogo que le sigue es “no me graduaré nunca, es imposible, la vida da asco, odio a todo el mundo, necesito un café”.
La verdad es que no hay nada de bonito en leer todo el temario y no acordarse de nada. Leer distraídamente no solo consigue que te aburras muchísimo sino que también es una enorme pérdida de tiempo.
Como tampoco es bonito encontrarte leyendo y entendiendo durante una hora aquel pequeño párrafo que hubieras podido aprenderte en 10 minutos, y con los exámenes cada vez más cerca sientes que, no obstante todo el esfuerzo, avanzas a la velocidad de una tortuga.
En realidad no tiene nada que ver con ese esfuerzo. Si te distraes constantemente es porque estás acostumbrado a leer de una forma con la que tu cerebro se aburre.
Siento tener que darte una mala noticia. Cada vez que lees y no entiendes, independientemente del libro que se trate, estás perjudicando tu cerebro.
Visto que tu cerebro es uno de los pocos aliados con los que cuentas para superar los exámenes y graduarte, estaría bien que entiendas cómo evitar comprometer su funcionamiento.
Una investigación encabezada por Won-Suk Chung y Nicola J, Allen y Cagla Eroglu de la Universidad de Stanford apunta que cada vez que lees y comprendes bien lo que está escrito se activan algunas áreas del cerebro.
Y al contrario, cuando estudias y te distraes constantemente éstas áreas permanecen “latentes”
¿Y qué problema hay?
Si continuas estudiando distrayéndote, el cerebro se habitúa a trabajar de esta manera y por tanto, cuando necesitas concentrarte de verdad para una tarea importante te encuentras que tienes un cerebro perezoso y desentrenado que en lugar de irse al gimnasio prefiere quedarse tumbado en el sofá comiendo patatas fritas.
La concentración y la comprensión son hábitos, desconcentrarse y no entender nada también lo son. Cuanto más se habitúe tu cerebro a no retener la idea de aquello que lees, más serán las áreas destinadas a la comprensión que entrarán en estado latente, apagándose un poco más cada día.
Nuestro cerebro está formado por miles de neuronas conectadas entre sí mediante conexiones sinápticas, que son como carreteras por donde circula la información. Si las neuronas permanecen apagadas por demasiado tiempo entran en fase de ahorro de energía porque no tiene sentido que envíen información si no será utilizada.
Como explica la Universidad de Stanford, una sinápsis que permanece latente demasiado tiempo, corre el riesgo de ser anulada. Esto significa que te arriesgas que algunas áreas del cerebro pasen a estado latente o inactivo, y a causa de ello cuando quieras estudiar de nuevo encontrarás muchas dificultades.
Es como si cada vez que no entiendes algo y tampoco haces el esfuerzo de retenerlo estés diciéndole a tu cerebro “puedes anular estas sinápsis, porque no me sirven”.
Claro que tu cerebro seguirá crean nuevas conexiones, porque hasta su último día intentará ser útil para la función que tiene pero las nuevas conexiones serán muy débiles y a menos que las entrenes con constancia y consciencia volverán a desactivarse.
Cuántas más veces leas la información sin entender nada, tendrás más dificultad en concentrarte, te vuelves más lento, te distraes más y tardas una eternidad en entender hasta las cosas más simples. Por esta razón son muchos los estudiantes universitarios que a medida que avanzan en la carrera se alejan un poco más de su graduación.
El problema es la manera en la que te has acostumbrado a absorber la información que ves escrita en los libros, de hecho cambiando tu forma de leer es posible evitar la desconcentración y perder un montón de tiempo para preparar los exámenes.
Hay una manera para volver a activar las sinápsis latentes y poder aprovechar su potencial para preparar los exámenes rápidamente sin desesperarte.
Es posible permanecer concentrado todo el tiempo de lectura.
La investigación llevada a cabo por la Universidad de Utah, “¿Puede la lectura rápida mejorar el nivel de retención y comprensión de los estudiantes?” explica que gracias a las técnicas de lectura rápida es posible aumentar la velocidad de lectura y con ello desarrollar la concentración. Dicha investigación ha sido realizada con 500 estudiantes, algunos de ellos sabían utilizar técnicas de lectura rápida y otros no.
Se comprobó que los alumnos que utilizaban técnicas de lectura rápida no solo leían una media de dos veces más rápido, sino que su nivel de comprensión era notablemente superior a la del resto de alumnos que no aplicaban estas técnicas.
Gracias a la lectura rápida aumenta exponencialmente el enfoque que tiene tu cerebro en el texto y como consecuencia puedes permanecer concentrado todo el tiempo.
No es coincidencia que la lectura rápida sea uno de los instrumentos que forman parte del método de estudio personalizado que impartimos en el Curso Genius.
Estos son algunos de los efectos colaterales que puedes desarrollar cuando aprendes a leer más rápido, aumentando también tu nivel de comprensión, gracias a la lectura rápida.
- Disminuir el nivel de ansiedad que te invade cada vez que tienes que estudiar para un examen.
- Estudiar más rápido y, por lo tanto, tener más tiempo libre.
- Sentirte preparado cuando llegas al examen.
- Recordar todo lo que has estudiado, sin que después de unos pocos días o semanas te hayas olvidado de más del 90% de la información.
La lectura rápida es una habilidad que, una vez adquirida, te acompañará durante el resto de tu vida. Es como andar en bicicleta, no la puedes desaprender. Pero cuando esta técnica se combina dentro de un método de estudio, es ahí que encuentras la clave para graduarte con las notas que quieres.
No en vano la hemos añadido como parte del método de estudio personalizado de Curso Genius, porque sabemos que la lectura es donde todo comienza, desde el primer “uff que pereza” cuando abres el libro hasta la codificación de la información, o sea, cuando se produce la magia del aprendizaje y eres totalmente capaz de dominar los conceptos que has aprendido.
Si todavía te quedan dudas de todo lo que estás perdiendo por no tener una forma más rápida y eficaz de leer y estudiar, ven a una de nuestras sedes y te explicaremos cómo tú también puedes aprender a desarrollar esta gran habilidad.
La lectura rápida es una habilidad que, una vez adquirida, te acompañará por el resto de tu vida. Es como andar en bicicleta, no la puedes desaprender. Pero cuando esta técnica se combina dentro de un método de estudio, es ahí que tienes la clave para graduarte con las notas que quieres.