Terminar la universidad es el momento que vive todo estudiante como el fin de su relación con el estudio y con los libros, finalmente ha conseguido divorciarse de un matrimonio que le había acompañado desde antes de la primaria, por eso es el momento de celebrar y de abstenerse de pensar en nada. Sin embargo la vida no se detiene y es por eso que después de que el primer verano sin universidad está llegando a su fin, una nueva etapa comienza: es el momento de buscar trabajo.
Si eres una persona que nunca antes ha trabajado lo primero que tienes que hacer es definir qué tipo de trabajo te gustaría hacer, dónde crees que encajarías mejor y podrías utilizar más productivamente tus habilidades y en qué tipo de trabajo o empresa ves más reflejados tus valores.
Una vez tienes más o menos definidos estos parámetros puedes empezar a crear tu Curriculum.
En este paso es donde la mayoría de personas comienzan a perderse porque pese a que hay algunos modelos estándar de curriculums también varían en función de la profesión que ejerces.
Lo primero que tienes que hacer al crear un curriculum es informarte de qué tipo de requerimientos y estructura es la que se adapta al trabajo que quieres.
No obstante las diferencias también podemos encontrar algunos puntos comunes:
- Los datos personales. Son los datos básicos como nombre, fecha de nacimiento, teléfono, etc.
- El perfil. Una breve carta de presentación que describe tus características personales y objetivos
- Formación. Estudios, cursos y seminarios.
- Todos aquellos trabajos que has realizado, sobretodo los que han tenido mayor duración y están dentro del sector que estas buscando
- Idiomas y otras competencias.
Si te has dedicado los cuatro años de universidad únicamente a estudiar es posible que te empieces a perder a partir del punto número dos.
Si aspiras a convertirte en el nuevo director creativo de una empresa, por ejemplo, sabes que se requiere una cierta formación y experiencia en el sector, y aunque la carrera universitaria tiene un gran valor es cada vez más un requisito dispensable para acceder a ciertos puestos de trabajo.
No estoy diciendo que no tienes que tener un título, al contrario, la carrera te permitirá especializarte en un ámbito concreto y adquirir una gran cantidad de conocimientos pero si contamos que gran parte de esos conocimientos los olvidamos en cuanto salimos del examen es obvio que tan solo la formación universitaria no es suficiente para conquistar el puesto de trabajo de tus sueños.
Escribir el primer curriculum sin poder completar la parte de formación y experiencia o incluso idiomas, porque tampoco te has sacado ningún título en ese ámbito es un poco desalentador, sobretodo si ves que muchas personas con tu edad e incluso dentro de tu misma clase ya habían conseguido muchos más resultados haciendo otras experiencias mientras tu estudiabas o te dedicabas a pasear o a descansar.
Son momentos en los que seguramente te hubiera gustado tener una máquina del tiempo que te permitiera decir “Sí” a todas aquellas oportunidades que se te presentaron y que hubieran podido aumentar tu valor personal en el mercado, permitiéndote hoy tener un curriculum que cualquiera pudiera admirar.
Muchos estudiantes esperan hasta el final de la carrera para empezar a formarse para el trabajo de sus sueños, esperan para hacer cursos, para aprender idiomas, para desarrollar nuevas habilidades y competencias y para adquirir experiencia, creyendo que será más fácil hacerlo después o que tendrán más tiempo y menos presión porque ya no tendrán ninguna obligación.
Lo cierto es que esta es solo una percepción porque pese a que puede ser verdad que no tenías tiempo durante la universidad esto se debe a que tu método de estudio no era lo suficientemente eficaz ni adaptado a tus necesidades personales.
Prepararse para el mundo laboral lleva tiempo porque hay conocimientos que adquirir y destrezas que practicar antes de que se conviertan en automáticas y puedas incluirlas en tu curriculum.
Está claro que no puedes volver el tiempo atrás pero todavía estás a tiempo, nunca es lo bastante tarde para aprender a aprender, para empezar a formarte y mejorarte o para aprender algunos idiomas. ¿Por dónde empezar?
Comienza seleccionando el trabajo al que te gustaría presentarte e investiga cuales son los conocimientos que tienes que adquirir, qué tipo de experiencia requiere, qué tendrías que saber hacer para desempeñar bien ese trabajo y cómo defender tu valor de modo que te seleccionen entre los candidatos en la entrevista.
Una vez hayas definido estos puntos empieza a buscar cursos, charlas, seminarios y libros que te permitan convertirte en un experto, o casi, en ese tema, aumentando tu iceberg de conocimientos te sentirás mucho más seguro de ti mismo y preparado para afrontar cualquier reto.
Me doy cuenta de que hacer en unos pocos meses lo que podrías haber hecho en dos años de carrera es un poco apretado pero no es imposible. Lo más importante en este caso es que encuentres un método que te permita aprender de forma rápida y efectiva porque la competencia en el mercado es grande y no hay tiempo que perder si quieres ser el seleccionado en tu próxima entrevista de trabajo.
Si tuvieras que esperar 4 años para sacarte el título de un idioma extranjero, que es el tiempo medio que se tarda en una academia de idiomas, perderías muchísimo tiempo, en cambio con el método adecuado es posible hacerlo en tan solo un mes.
Imagina lo que significaría poder hablar cualquier idioma tras un mes o leerte 50 libros en un verano, cuando la media de personas no llega ni a uno por semana, equivaldría a leer 12 libros a la semana.
Claro que resultados como estos te parecerán imposibles de conseguir si tu forma de aprender es la obsoleta forma de leer y repetir.
Si eres el tipo de persona que no se conforma y que quiere empezar su trayectoria laboral con la cabeza alta y destacándose entre la mayoría de personas formarte y prepararte es un imperativo, mi consejo es que no esperes más, tanto si ya has acabado tus estudios como si estás en el ecuador de los mismos no pierdas más tiempo y comienza a construir el tipo de persona y de profesional que un día querrás presentar.