El verano es inminente, no pierdas el tiempo y dedica estas vacaciones a algo más que salir de fiesta y tostarte al sol, ¡rellena líneas de tu CV y aprende nuevos idiomas!
Finalmente ha llegado el momento de esas merecidas vacaciones, o casi.
Si ya has terminado los finales, ¡Enhorabuena!
Esperamos que hayas obtenido los resultados que querías y hayas tenido la suerte, o mejor, las herramientas, para librarte de las recuperaciones 🙂
Si en cambio, todavía tienes algunas cuentas que saldar con la universidad con algunos exámenes que aprobar ¡¡no te desanimes, queda menos para alcanzar tu objetivo!!
¿Has pensado qué vas a hacer durante las vacaciones?
Quizás los primeros días pienses en dormir hasta tarde, en ir a tu bola, ir a la playa, salir de fiesta e irte a dormir cuando las demás personas se están levantando.
Durante las primeras semanas es un plan que funciona, pero ¿de verdad vas a hacer lo mismo durante tres meses?
Estoy seguro de que mientras estudiabas se te han ocurrido un montón de planes para el verano.
Los libros tienen ese efecto, cuando estamos estudiando a contrarreloj se nos ocurren las mejores ideas sobre lo que podríamos estar haciendo si no tuviéramos que estudiar.
En ese momento la creatividad se apodera de ti y empiezas a imaginarte todo lo que harás cuando termines los exámenes: quieres emprender, aprender idiomas, visitar diferentes lugares… claro que en ese momento no podías hacerlo porque tenías que seguir con la cabeza entre los libros.
Ahora que todo ha acabado es el momento de empezar a poner en práctica todo aquello con lo que tanto habías soñado mientras pasabas las tardes encerrado en casa, tienes todo el tiempo a tu disposición y las posibilidades son infinitas.
En este momento tiene lugar otro extraño fenómeno, y es que por arte de magia se nos olvida todo lo que habíamos planeado y empezamos a “hacer el vago”, pasando días y días en la playa, de fiesta, siesta y sofá.
Evidentemente no estoy diciendo que unos cuantos días de relax no sean merecidos.
Pero piensa en una cosa: ¿cómo sueles sentirte el primer día de clase después de las vacaciones de verano? ¿Entusiasta y eufórico o más bien apático y cansado?
Normalmente, después de haber pasado un verano tirado a la bartola en una toalla en la playa lo último que te apetece es volver a estudiar, por mucho que te guste lo que estudias.
¡Y es normal!
Es como cuando dejas de entrenarte o de ir al gym por un largo periodo y comes cada día en el Burger King. Al principio no notas nada, tienes más tiempo libre, haces otras cosas… pero poco a poco tu cuerpo va cambiando y se vuelve más perezoso. Cuando llega el día en el que quieres volver a hacer deporte te sientes poco en forma, como si tuvieras que volver a empezar todo desde cero.
Con nuestro cerebro pasa exactamente lo mismo, porque aunque a veces se nos olvide, también es un músculo y al igual que con el resto del cuerpo hay que entrenarlo.
La universidad sirve, en cierta medida, como entrenamiento para tu cerebro porque constantemente está activo, pensando, resolviendo problemas y aprendiendo cosas nuevas.
El verano, en cambio, actúa un poco como ese periodo de standby en el que dejas de ir al gym, es por eso que después del verano se hace todo cuesta arriba.
Las personas necesitamos ponernos objetivos, afrontar retos y no solo esas dos veces al año cuando tienes los finales, sino constantemente. De lo contrario nos aburrimos y nos desentrenamos.
Tendemos a aburrirnos incluso de las cosas más increíbles, lo cual nos lleva a un constante sentimiento de insatisfacción y de búsqueda de nuevas experiencias. ¿Y sabes una cosa?
¡Está súper bien!
Buscar, explorar, ser curiosos nos mantiene activos, entrenados, nos permite descubrir nuevas opciones, nuevas actividades y crear experiencia.
Si eres un poco ambicioso puedes ver estos tres meses como esa oportunidad para dejar volar tu imaginación y probar nuevas cosas: bailar salsa, pintar, aprender nuevos idiomas, hacer un voluntariado, hacer deporte, escalar una montaña, emprender un pequeño negocio…
Las opciones son ilimitadas, y si no te decides por una, ¡pruébalas todas!
No te quedes con el “y si…”
Este verano puede ser otro verano de fiestas y vacaciones, o también puede ser el verano en el que te formes y empieces a rellenar las primeras líneas de tu CV.
Puede ser el verano en el que aprendas a hablar alemán, ruso o cualquier otro idioma y vayas a disfrutar de un tiempo en ese país y quizás allí conozcas a grandes personas que serán determinantes para tu profesión o aliados para cumplir tus sueños.
¿Te lo estás imaginando?
Perfecto, eso significa que puedes conseguirlo.
Ahora solo tienes que pensar en cómo conseguirlo. Si, el “cómo” es fundamental a este punto.
Para todo gran objetivo hay dos vías para llegar:
- La vía fácil: no quiero empeñarme porque así estoy bien, es decir, estoy demasiado cómodo como para probar algo nuevo, no me importa si no consigo la vida de mis sueños.
- La vía verdadera: sé que ese objetivo es grande y por ese motivo yo creceré y me empeñaré para poder afrontarlo y conquistar mis metas.
Todo el mundo quiere conseguir la vida que sueña, el problema es que la mayoría de personas cogen la vía fácil para llegar. Se olvidan de que esa vida hay que conquistarla, hay que aprender cosas nuevas, adquirir habilidades, distinguirse entre una masa de gente que a su vez está cada vez más capacitada.
¿Sabías que mientras tú estás estudiando en la universidad hay muchos chicos de 15 años que ya están emprendiendo su propio negocio o desarrollando una iniciativa?
No todos pierden el tiempo.
¿Y tú?
Si esperas que la universidad te de todas las herramientas que necesitas para tener el puesto que quieres o conseguir el trabajo en la compañía top del futuro, siento decirte que no es así. Es un gran mito, uno muy cómodo además.
Cada vez se necesitan más idiomas para acceder a altos cargos y no solo idiomas europeos, sino sobretodo los asiáticos, las empresas son internacionales y la globalización es un hecho. Si en tu CV pones nivel básico de inglés comprendes que no es suficiente para competir con otras personas más preparadas.
Estos son hechos, puedes verlos o no, puedes pensar que todavía te queda mucho para acabar la carrera y que te ocuparás de esto más adelante.
Pero si en cambio para ti el tiempo es importante y no quieres quedarte atrás tienes que empezar a correr.
Imagina si pudieras aprenderte cualquier idioma en tan solo un mes.
Sí, solo un mes, si tienes tres meses de vacaciones ¡significa que puedes aprender incluso tres!
Se que parece algo extraterrestre y que siempre has crecido con la idea de que aprender idiomas es un proceso largo y aburrido, que hay que pasar por las academias de idiomas y los verbos irregulares, las conjugaciones, etc.
La verdad es que existe una forma mucho más rápida y sencilla, eso sí, solo para los más ambiciosos, los que quieren conseguir sus objetivos y tiene ganas de comerse el mundo.
Si tienes esa vocecita dentro de ti y estás buscando nuevos retos para este verano tienes que conocer nuestro método para aprender idiomas.
Al fin y al cabo, este verano puede ser el verano que tú querrás que sea, tú eliges si será un verano más o si será TU verano.
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